Teófilo Lacroze es un joven ejecutivo que trabajaba en la filial brasileña de la petrolera Shell. El retiro de su antecesor le abrió las puertas para conducir el negocio argentino de la compañía. Claro que era una silla con una carga muy especial: el último que la había ocupado había sido Juan José Aranguren, hoy ministro de Energía y Minería, el empresario que más criticó en voz alta ciertas prácticas del kirchnerismo.

Lacroze muestra un perfil más vinculado con los negocios y menos con la política, pero mantiene una característica de su antecesor: acepta preguntas y las responde. En el Foro de Inversión y Negocios, le dijo a La Nación que la compañía no está en venta.

Al ser consultado si la firma está a la venta, Lacroze dijo que “No, lo que iniciamos fue una revisión estratégica de los negocios en el mundo y estamos evaluando nuestro modelo de negocios y activos. Hay muchas opciones posibles, y hay que evaluar todas las opciones y pasar el proceso para poder decidir. Pero no, definitivamente no está a la venta”, aclaró.

Aunque aclaró que al finalizar el proceso, su venta es una de las opciones, entre las muchas que hay, que van “desde no hacer nada y todas las que hay en el medio. Tenemos varios negocios y socios que podemos traer. Hay que tener en los próximos meses muchas discusiones para poder tomar una decisión final”.

Al respecto de las acciones de Aranguren en Shell, dijo que “es una decisión personal de Juan José Aranguren que, como ministro de Energía, tenía que resolver y, de hecho, lo resolvió. No tengo ninguna posición con respecto al tema”.

Al ser consultado si que Aranguren se haya excusado de tomar decisiones relacionadas con Shell los perjudica, Lacroze afirmó que: “Es todo muy nuevo. En el día a día, en principio, no debería tener ningún impacto, y deberíamos tener la discusión sobre nuestros temas con el ministro de Producción Francisco Cabrera. No espero que tenga ningún impacto”.

Con respecto a los precios de los combustibles señaló que su principal insumo es el crudo, “que pagamos en dólares, con lo cual la devaluación impacta mucho en nuestra rentabilidad. Hemos aumentado mucho menos de lo que se alteró el tipo de cambio. Estamos atrasados con nuestra realidad respecto a la situación previa a la devaluación”.

Con respecto a la rentabilidad de la petrolera admitió que hoy en Argentina Shell no tiene la rentabilidad que les gustaría tener, aunque auguraron que van a “invertir mucho en la formación Vaca Muerta. Lo estamos haciendo desde 2012, cuando entramos con cinco áreas. Nuestro objetivo como empresa es desarrollar esta etapa previa para llegar a un desarrollo completo en 2020”.

Fuente La Nación