Hidrocarburos del Neuquén (Hidenesa), empresa del estado provincial encargada del servicio de gas en el interior neuquino, comenzó las negociaciones para adquirir a la firma del estado nacional Enarsa la planta fraccionadora de garrafas y zepelines que se construyó en el Parque Industrial de Neuquén capital pero que nunca entró en funcionamiento.

El presidente de Hidenesa, Sergio Schroh, confirmó el interés de la empresa provincial. En declaraciones a la prensa afirmó que “esta planta se construyó con el dinero del Estado, de todos los argentinos y consideramos que hay que ponerla en funcionamiento y por eso hemos realizado varias consultas”.

Las negociaciones abarcan tanto a Enarsa como a CALF, ya que la cooperativa es la titular del 10% de la fraccionadora.

Si bien desde Hidenesa se manifestó el interés, Schroh reconoció que hay dos grandes trabas para continuar con la operación. En primer lugar hay un proceso judicial iniciado por el constructor que incluye una medida de no innovar y hasta que no se resuelva esa causa no se pueden hacer las reparaciones que se necesitan.

El segundo inconveniente es el monto que Enarsa fijó para su venta. “Enarsa pide el valor del libro, lo que se invirtió que son 57 millones de pesos y nos encantaría tenerlos pero no es así”, indicó el titular de Hidenesa al diario “Río Negro” y señaló que es por ello que ya comenzaron a consultar vías de financiamiento.

Schroh reconoció que “intentamos incluir la compra en la negociación que Gas y Petróleo del Neuquén (GyP) tuvo con Enarsa -por la concesión del área Aguada del Chañar- pero llegamos tarde y no pudimos incluirlo en ese acuerdo”.

El complejo permite el llenado de garrafas y zepelines y de concretarse la compra, requerirá de inversiones adicionales, como la reparación de varias fallas de construcción que en su momento fueron valuadas en 2.100.000 dólares.