La Policía de Neuquén recuperó en los primeros días de octubre un costoso equipo de medición que había sido robado de una empresa de servicios petrolera.

En un operativo en el que participaron unos quince efectivos policiales, se montó una compra simulada en pleno centro de Neuquén con el vendedor, un hombre de 36 años que ofrecía el equipo robado, y se logró detenerlo.

Luego de una año que fuera robado, el pasado lunes 5 de octubre fue restituido a su dueño original funcionando en perfectas condiciones.

Todo comenzó en junio del 2019 cuando la empresa de mediciones Clarity, ubicada en inmediaciones de la terminal neuquina, sufrió el robo de un complejo equipamiento de medición y de los cuales solo hay siete en el país.

De acuerdo a la denuncia radicada en el 2019, el valor de mercado de ese equipo usado podría rondar los 20 mil dólares, es decir 2.8 millones de pesos. La empresa, de inmediato se comunicó con todas las firmas relacionadas para que si les ofrecían este equipo, que solo saben manejar no más de 20 personas, les dieran la alerta. Nada ocurrió y el tema quedó en la nada hasta fines de septiembre, cuando una firma de Buenos Aires que calibra este tipo de equipos recibió por Facebook consultas desde Neuquén en la que se les preguntaba por el valor de este instrumental.

Los ingenieros de la empresa de inmediato advirtieron al gerente de Clarity que notificó al fiscal Diego Azcarate. Se convocó a Delitos Económicos y comenzaron a ahondar en la investigación y cómo hacer para recuperar el equipamiento.

Así se montó el operativo en donde se acordó con el vendedor, un lugar en el centro neuquino para hacer la entrega del equipo. Integrantes de la empresa, acudieron a la reunión y acordaron con el vendedor la entrega de una seña, a cambio de ver el equipo.

El operativo se realizó el viernes 2 de octubre a media mañana en calle Buenos Aires y Rivadavia en pleno centro neuquino. Los efectivos de civil rodearon la escena y uno de ellos se hizo pasar por técnico y, junto a la víctima, revisaron los equipos. El delincuente abrió el baúl y mostró el equipo robado. El policía infiltrado simuló examinarlos y luego dijo que estaba todo bien. La víctima entregó el dinero y partió con destino al banco, a buscar el resto de la suma. Fue allí cuando la policía rodeó y detuvo al vendedor, que fue puesto a disposición de la justicia.