A unos 223 kilómetros de la capital neuquina, sobre la Ruta Nacional 22, se encuentra Piedra del Águila, una ciudad que piensa en una alternativa laboral para sus jóvenes.

“Nuestro desafío también es Vaca Muerta”, señala Adriana Figueroa, intendenta de la ciudad, quien asegura estar convencida que la formación geológica que contiene gas y petróleo, representa una enorme oportunidad de desarrollo para la localidad neuquina.

Casi en silencio, al compás del murmullo suave del río Limay, Piedra del Águila sigue creciendo. La historia de la ciudad que alberga unos 5.000 habitantes, comenzó en 1898, cuando se constituyó en un sitio trascendental como retaguardia de las tropas del Ejército que se encontraban en operaciones en la zona andina del Neuquén, y cuyo objetivo era afianzar la soberanía en aquellas regiones que se iban incorporando al Estado Argentino.

Casi 100 años más tarde, la ciudad que actualmente es el portal de acceso al corredor de Los Lagos, también se transformó en un sitio estratégico, en esta oportunidad, a partir de la construcción de las centrales hidroeléctricas Piedra del Águila y Pichi Picún Leufú, las cuales proveen de energía al país.

La jefa comunal subraya que “el desafío de la localidad, también es Vaca Muerta”, que está convencida que su ciudad está llamada una vez más a vivir un proceso de trasformación en el que se generen nuevos puestos de trabajo en empresas que puedan proveer servicios al sector hidrocarburífero.

“Mi adorada ciudad, está estratégicamente ubicada y contiene los recursos humanos para afrontar esta nueva etapa. Somos un pueblo joven, con miles de chicos con inquietudes que buscan superarse, y que pueden formarse como los nuevos recursos humanos de una actividad económica imprescindible para la Argentina. Mi tarea es y será brindarles las herramientas para que puedan lograrlo”, afirmó exultante esta docente, madre de cuatro hijos.

La formación Vaca Muerta abarca una gran región, llegando tan al sur como Piedra del Águila o tan al norte como Malargue en a provincia de Mendoza, a más de 2000 metros de profundidad. Hoy muchas localidades están viendo con interés este nuevo desarrollo, como por ejemplo Zapala en el centro de la provincia de Neuquén, entre otras.