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El protocolo de actuación ante una emergencia en Vaca Muerta

Empresas, sindicatos y el Estado, trabajan en conjunto para minimizar siniestros ambientales y accidentes de trabajo.
Horacio Beascochea
Por Horacio Beascochea

La explotación convencional y no convencional de hidrocarburos es una industria de alto riesgo y es muy importante la prevención para evitar siniestros ambientales y que provoquen lesiones a los trabajadores de la industria.

Si bien en la actualidad se minimizan al mínimo los riesgos, las contingencias son posibles. Es por eso que empresas, el sindicato y los organismos estatales prevén una serie de normas y protocolos de acción.

Además del marco legal establecido por la ley provincial 1.926, que fija la necesidad de denunciar cualquier tipo de incidente, el Ministerio de Energía prevé una serie de inspecciones periódicas con base en Plaza Huincul que regulan el correcto funcionamiento de la operación de las compañías para evitar que estos incidentes ocurran.

“Trabajamos de manera coordinada con el área de Recursos Hídricos y Ambiente para mejorar los mecanismos de comunicación y que se puedan hacer denuncias online a partir de las emergencias”, señaló Gabriel López, subsecretario de Energía, Minería e Hidrocarburos del gobierno provincial, consultado por Sofía Sandoval del diario LM Neuquén. Su área es la primera en enterarse de los acontecimientos, pero, a veces, la emergencia hace que otros organismos, como Bomberos, sea el primero en acercarse al punto afectado y tratar el problema.

“Se trata de una industria de alto riesgo porque se desarrolla una actividad con equipos que tienen altas temperaturas, radiaciones, altas regulaciones y alta presión”, detalló Gabriel Di Prinzio, coordinador del programa sectorial Energía y Minería en Centro PyME-Adeneu. En ese contexto, la prevención cumple un rol clave para reducir el número de accidentes y adecuar el cuidado de los procesos que se convierte en la mejor forma de anticiparse a una crisis.

Desde la industria explicaron que, en ese marco, los simulacros dejan de ser meros eventos burocráticos para cumplir un rol clave en la prevención. Algunas firmas hacen simulaciones frecuentes todos los años de distintas eventualidades que se puedan generar en la actividad, y que permiten obtener valiosa información de los tiempos de evacuación y de acción frente a una emergencia. Los datos, que llegan a incluir precisiones de hasta el tipo de tuercas que hay que utilizar en las mangas de purga de los hidrocarburos derramados, resultan fundamentales para tomar decisiones que eviten consecuencias graves.

Entre otros planes, algunas firmas capacitan a sus propios empleados como brigadistas. Cualquier trabajador, más allá de la función que cumpla, tiene la opción de prestar este servicio de manera voluntaria para convertirse en un recurso complementario para los bomberos que acuden al lugar en caso de un incendio.

Aunque la mayoría admite que en los últimos 20 años se dio un cambio sustancial en el paradigma relativo a la seguridad, que se focaliza en toda la gestión de los procesos, lo cierto es que también existen motivaciones económicas para hacer hincapié en estos puntos, y que se basan en los requisitos del cumplimiento de normas para acceder a contratos con grandes operadoras, en el caso de las pymes, o a los organismos internacionales de crédito. Incluso, el índice de frecuencia de accidentes es un dato que analizan los inversores.

Gonzalo de la Sierra, gerente de MEOPP ART, explicó que muchas veces la falta de infraestructura juega en contra de la atención de las emergencias. Las rutas entre Añelo y Neuquén, donde se encuentran las clínicas de mayor complejidad, están congestionadas. “Si no se necesita tanta complejidad para la atención, se los traslada 80 kilómetros hasta Plaza Huincul para evitar esa congestión”, dijo, y agregó que el gremio cuenta con aviones sanitarios o contrata servicios de ambulancias 4x4 para llegar a los pozos.

Por último, las normativas cumplen un rol fundamental también en la mitigación de los efectos cuando los sucesos ocurren. Las normas API Q2, OHSA 18001 y las ISO regulan la implementación de los mecanismos de gestión para resguardar la seguridad y el cuidado del ambiente. Su implementación, sin embargo, debe ir acompañada de un cambio cultural que parece haberse iniciado.

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