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Vaca Muerta impulsa rigurosos protocolos para trabajar en la cuarentena

Las operadoras aplican estrictas medidas que comienzan desde antes que cada operario salga de su casa. Las guardias mínimas, el trabajo en grupos reducidos y el telecontrol son las claves para mantener la actividad petrolera.
Horacio Beascochea
Por Horacio Beascochea

Desde que se desató la pandemia del COVID-19, la industria petrolera adaptó su desarrollo a estrictas medidas de seguridad y sanitarias. Asi, las operadoras cuentan con protocolos que comienzan antes de que cada operario sale de su casa rumbo a su lugar de trabajo.

Es que las petroleras que operan en Vaca Muerta saben que tienen una doble responsabilidad: por un lado deben preservar la salud de sus trabajadores, pero a la vez deben garantizar que la producción siga en marcha para que la energía del gas y el petróleo llegue a todos los hogares e industrias del país.

Es por esto que todas las empresas adoptaron estrictos protocolos de trabajo que se basan en los lineamientos de los gobiernos nacional, de la provincia de Neuquén y de los municipios alcanzados.

Por ahora, las dotaciones de personal siguen siendo reducidas no sólo por el trabajo en guardias mínimas sino también para permitir el distanciamiento necesario. Para poder cumplir con sus tareas, el teletrabajo se multiplicó, al punto que desde YPF tienen a más del 80% de sus empleados trabajando desde sus casas y monitorean sus yacimientos desde la ciudad de Neuquén.

Además, en empresas como YPF y Vista Oil&Gas los chequeos de la salud de sus trabajadores comienzan días antes de tener que asistir a sus puestos de trabajo.

En la firma firma formada por Miguel Galuccio se fijó que dos días antes de comenzar a trabajar los operarios son contactados por un médico que chequea que no tengan síntomas, una revisión se repite en la tarde anterior a asistir al campo, señala la nota de Victoria Terzaghi en el diario “Río Negro”.

Al momento de emprender el viaje también se aplican medidas especiales. Las combis y colectivos ya no viajan repletos de trabajadores y ahora los vehículos redujeron su capacidad al 50% e incluso en el caso de YPF se prioriza que cada trabajador vaya en su vehículo asignado, limitando en ese caso el traslado de hasta dos personas por rodado y siempre utilizando tapabocas.

Ya en el yacimiento, se deben cumplir nuevamente con los exámenes de control, incluyendo uno de olfato y gusto. Y además muchas operadoras como YPF ya dispusieron cámaras térmicas en sus yacimientos para controlar la temperatura de los operarios.

Para quienes estarán en oficinas el uso de tapabocas es una obligación que sólo puede eludirse si se está frente a su computadora y sin ningún otro trabajador cerca.

Incluso a la hora de comer los cambios cambiaron la tradicional imagen de las gamelas petroleras, y ahora es más que reducida la cantidad de personas que pueden asistir a los comedores, aplicándose turnos, impidiendo que se sienten juntos a compartir el almuerzo y propiciando incluso que se sirvan viandas para evitar el paso por los comedores de operarios y cocineros.

La clave del trabajo en el campo está en la aplicación de lo que YPF define como islas y Vista como células, pero que en resumen consisten en que los grupos de trabajo sean reducidos y no tengan contacto con ningún otro grupo de trabajo que no sea estrictamente necesario.

Esto permite que, en el caso de que se detecte algún caso positivo de COVID-19, se pueda no sólo aislar a un grupo reducido de trabajadores sin afectar al resto de los grupos, sino que también permite identificar en pocos minutos a las personas que deben ser aisladas con un alto grado de trazabilidad.

Esta situación ya se puso a prueba en el caso de YPF con un camionero chileno que cargó GLP en el yacimiento El Portón y que al día siguiente, ya en Chile, se enfermó y dio positivo. En este caso se identificó rápidamente a los operarios que había tenido cerca, de los aisló y se comprobó que el protocolo de distanciamiento había sido efectivo dado que ningún otro trabajador enfermó.

Otra de las claves para mantener el distanciamiento en Vaca Muerta pasa en gran medida por la tecnología. Muchas operadoras habían apostado a desarrollos tecnológicos para el control a distancia de las operaciones y esta crisis puso en evidencia su gran funcionalidad.

YPF es un ejemplo de ese trabajo con la sala de control montada en la ciudad de Neuquén. Desde allí, un grupo de operarios lleva adelante la operación remota de los enormes campos de Vaca Muerta, y pueden intervenir en 883 pozos, 31 instalaciones y 35 separadoras.

A través de esta sala de control, la petrolera de mayoría estatal no sólo logra que los campos sigan produciendo sino que, en tiempos de crisis como el actual, también pone énfasis en la productividad y la eficiencia.

Si hay algo seguro en esta pandemia es que todo puede cambiar radicalmente y en pocos días. Y eso es lo que sucedió esta semana en Neuquén luego de que se etiquetara a la capital provincial como zona con circulación comunitaria del virus.

A partir de esa definición el gobierno neuquino se modifica la Resolución 24/2020 que marca que las personas provenientes o que hayan estado más de 24 horas en el “Gran Neuquén” deben realizar 14 días de cuarentena al ir hacia otro punto de la provincia, otro punto como por es por ejemplo un yacimiento petrolero.

Este nuevo cambio obligó a las operadoras de Vaca Muerta a volver a modificar sus planillas de trabajo para poder cumplir con ese requisito. Este lunes 29 se conoció que la capital y el conglomerado volverán a Fase 1 de la cuarentena y no se descarta que haya más cambios entre las operadoras para seguir con sus trabajos en la cuenca neuquina.

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