La Resolución 46/2017 que redactó el exministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, tiene los días contados y la secretaría de Energía de Javier Iguacel afina el lápiz para redactar una reforma que tendrá a la petrolera de Paolo Rocca, Tecpetrol, como una de las grandes perdedoras.

La presentación del proyecto de presupuesto nacional para el 2019 reveló que el gobierno de Mauricio Macri está dispuesto a destinar 700 millones de dólares (ó 28.700 millones de pesos) para subsidiar la producción de gas no convencional en el 2019.

Una cifra que a primera vista parece ser alentadora, pues supera lo previsto para el 2018, pero que en función de las proyecciones de producción, las promesas públicas y la nueva política de precios, fuerza a una corrección de la letra chica del actual plan.

El menor precio del gas para la generación eléctrica que logró el gobierno a través de Cammesa, cubrió a los usuarios residenciales de un tarifazo mayor, pero redujo el precio base para el cálculo del subsidio que paga el programa.

La eliminación del sendero de precios para el gas en boca de pozo de la Resolución 212/16 repercute sobre el plan de estímulo. Aranguren preveía para el 2019 que el gas en boca de pozo superara los 6 dólares, dejando sólo 1 dólar para cubrir los 7 que en este segundo año reconoce la resolución, pero finalmente el sendero quedó trunco y el gas se estima no superará los 4 dólares.

Esto hace que por cada millón de BTU el gobierno deba adosar 3 dólares y hace que los 700 millones de dólares presupuestados alcancen para nada más que 17,5 millones de metros cúbicos diarios, menos de la mitad de los 50 a los que aspiraba abarcar Iguacel.

El recorte de la reforma pasará entonces por poner tope a lo que cada petrolera puede incorporar como nueva producción y generar una suerte de reparto más equitativo entre las operadoras dado que además se buscará sumar al menos otros 9 desarrollos al programa que actualmente tiene 8 bloques beneficiados con los precios estímulo.