Por Darío Hernán Irigaray

Se arregló con el Club de París, se comienza a tener credibilidad en el mundo, y las empresas se animaran a invertir en Argentina, aunque es necesario a la brevedad se pongan reglas claras y competitivas para atraer inversores para Vaca Muerta. Mientras se pierda el tiempo, hasta Uruguay es interesante para los no convencionales.

Es cierto que los buenos resultados de la mayoría de los pozos exploratorios que se han realizado en Vaca Muerta sientan una diferencia sustancial con otros desarrollos a nivel mundial, y genera un interés mayor, debido a la calidad de los resultados obtenidos en general.

Contrariamente el gobierno nacional aparentemente pretende que las provincias den un paso atrás, si querer dejar de lado ni un punto en ganancias o exención de IVA, donde comparando con otros países, Argentina impone valores mucho más altos.

El presidente de YPF, Miguel Gallucio, pidió al Gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, se baje de 12 a 10 puntos la renta de la provincia, pero paradójicamente no pide a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, que baje ganancias de 35 a 20 o 15 como piden algunas empresas, brindarles exención total o parcial de IVA, quitarles impuestos a las importaciones de equipamiento y agilidad en los trámites.

Impositivamente hablando, la Argentina es un torbellino de burocracia que complica e impide tentar a capitales que apuestan por el desarrollo de los no convencionales.

Hay que tener en claro que Vaca Muerta no es lo único interesante en el mundo, donde países que jamás pensaron en petróleo, como España por ejemplo, ya están mirando como una posibilidad el desarrollo de los no convencionales.

Las pautas pedidas por la mayoría de los inversores son simples, reglas claras de juego y estabilidad jurídica en el tiempo, como se lo han brindado a las mineras oportunamente, con la diferencia que la explotación hidrocarburífera produce un derrame en diversas empresas de servicios y empleos de mayor remuneración.

Tampoco hay que perder el objetivo de revertir la importación de combustibles, por que parece que los 15.000 millones de dólares que se van al año no es un tema relevante, pareciendo que es más importante recaudar impuestos.

Cabe recordar lo que pasó con el proyecto minero de Vale, donde se pensaba invertir millones de dólares en Argentina, pero con el alza del dólar y la inflación reinante, pidió reducciones del IVA, las cuales no fueron aprobadas y al tiempo la firma suspendió el proyecto, dejando a 3500 personas sin trabajo y al país sin la posibilidad de ser uno de los principales exportadores mundiales de potasio.

Petróleo y gas podrá extraerse en distintas zonas del país, aunque lo cierto es que Neuquén tiene a Vaca Muerta y los Molles, dos formaciones que prometen para más de 50 años gas y petróleo, en un escenario pesimista, y algunos hablan en más de 400 años en una proyección optimista, lejos a cualquier otra provincia.

Sin dudas, Neuquén marcará la cancha, y defenderá sus recursos, que hoy en día son mal pagos, dejando muchos dólares en el camino, con el único objetivo de que este proyecto arranque para avanzar en la independencia energética que nuestro país necesita, beneficiando a los neuquinos y por supuesto a todos los argentinos.

Ahora solo falta que, aparte de decir que Vaca Muerta será el proyecto que salvará al país, energéticamente hablando, es momento de hacer, de hacer reglas claras, de imponer ventajas competitivas, donde no se dude por un segundo donde invertir, donde poner los capitales interesados en los no convencionales, y es el momento que el gobierno nacional demuestre con hechos para que Argentina despegue.